Song Sung Blue es una de esas películas que llegan sin hacer demasiado ruido, pero que poco a poco encuentran su lugar gracias a una propuesta sincera y emocional. Con una combinación de drama y música clásica del pop estadounidense, la cinta apuesta por la nostalgia y la inspiración, envolviendo al espectador en una historia sobre segundas oportunidades, pasión artística y la fuerza de creer en un sueño compartido.
La película sigue a Mike y Claire (interpretados por Hugh Jackman y Kate Hudson), dos personas comunes que, en medio de momentos personales complejos, encuentran un nuevo propósito al formar un grupo tributo. Sin caer en spoilers, la historia retrata cómo ambos personajes conectan a través de la música y la necesidad de reinventarse, dando forma a un viaje emocional tan íntimo como universal.
Uno de los mayores aciertos de Song Sung Blue es su naturaleza experimental: funciona como una película musical atípica que se cruza con un drama inspirador. El eje narrativo gira en torno al grupo tributo a Neil Diamond, Lightning and Thunder, una idea que sirve como puente entre la celebración musical y una historia profundamente humana.
En el apartado actoral, Hugh Jackman ofrece una interpretación brillante y carismática, mientras que Kate Hudson lo acompaña con una presencia cálida y emocionalmente honesta. Ambos no solo sostienen el drama, sino que además interpretan las canciones, elevando la autenticidad del relato.
La música es, sin duda, el plato fuerte de la cinta. Las canciones de Neil Diamond funcionan como columna vertebral emocional, potenciadas por las interpretaciones vocales de sus protagonistas, que aportan energía y sensibilidad a cada número musical.
En conclusión, Song Sung Blue es una película de dos tonos que en algunos momentos puede sentirse como dos cintas distintas, pero que logra equilibrarse gracias a su corazón y su amor por la música. Una experiencia obligada para cualquier fan de Neil Diamond y para quienes disfrutan de historias inspiradoras.

